"Miradas de Ingenuidad" es la exposición fotográfica que
actualmente tiene lugar en Casa Pernas café-bar, en
Pontevea, A Coruña.
Este evento tiene como
objetivo adicional generar un nuevo uso para la antigua bodega del local (que actualmente
es un acogedor comedor), donde los centenarios muros de piedra natural bañada
por la calidez de la luz artificial lo convierten en el escenario perfecto para
potenciar la relación entre imagen y espectador.


A pesar de que la
arquitectura siempre ha incorporado otras artes y oficios a modo de complemento,
no está de más preguntarse sobre el sentido que tiene dar un nuevo uso
(expositivo) a un espacio de esencia gastronómica como éste.
Quizás el sentido venga
dado en base a las oportunidades que ofrece una actuación así:
- Constituir un complemento
a la oferta del local, no sólo como decoración temporal, sino como generador de
nuevas visitas.
- Servir a la propia
comunidad como un espacio abierto para actividades de diversa índole:
artística, cultural, de esparcimiento, etc.
En
este caso particular, este evento ha permitido dar a conocer parte de la
realidad de Haina, una comunidad empobrecida
y marginada de la República Dominicana, cuyo retrato, ante todo, pretende
llamar la atención su existencia y crear conciencia de ella, así como dar a conocer los esfuerzos que actualmente se realizan para cambiar estas condiciones.
Pero, ¿tiene algún valor exponer
unas imágenes que narran una historia ajena a la geografía e historia que acoge
a estos espectadores?
El verdadero valor de una
exposición fotográfica, como el arte en general, está en la capacidad que tenga
la misma de impactar al espectador, aún más si responde a la intención de su
autor. Entonces, el verdadero valor de una imagen descansa en el poder que
tiene para hacernos recordar, imaginar, reflexionar,… acciones éstas que no
siempre están presentes en la rutina diaria, pero cuya experimentación nos
recuerda nuestra faceta más sutil y humana.
Contemplar la sonrisa de un
niño es capaz de producir en nosotros múltiples sensaciones positivas, quizás
porque nos recuerda a nuestra propia infancia o la de nuestros
familiares o quizás porque intentamos imaginar el hecho que la provoca,
o simplemente porque su gracia nos conmociona al punto que entendemos que la
sonrisa representa el estado natural en esa etapa de la vida.
Se podría afirmar entonces que una experiencia de este tipo podría ser el mejor acompañante para enfatizar la satisfacción personal en la degustación una deliciosa comida.
Bella Vista es uno de los barrios más antiguos y
emblemáticos del municipio de Haina, ubicado a unos veinte minutos de la ciudad
de Santo Domingo en la Rep. Dominicana. El declive de la actividad industrial
que durante décadas caracterizó a esta ciudad ha dejado paso al abandono y la
marginalidad de una comunidad que a pesar de todo aún encuentra motivos para
soñar, emprender y sonreír.
Esta colección de imágenes retrata el día a día de un lugar
donde satisfacer las necesidades básicas se convierte en un reto y la
esperanza de construir un futuro digno constituye el deseo de toda una vida.
[Texto: Alexis Aquino / Imágenes: Alexis Aquino, María Gradín]
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