Hace unos años, visitamos Porto y disfrutamos un buen café en las rocas, cobijados por la Casa de Cha de Boa Nova, obra de Fernando Tavora, restaurada en el año 91 por Alvaro Siza, tras los destrozos sufridos como consecuencia de una tormenta.
Nos sentamos en la mesa
buena, la que todos quieren, con las mejores vistas al océano chocando contra
las rocas, intuyendo al fondo las piscinas de agua salada cuya arquitectura
hace que se confundan con el mar.
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Piscinas das Marés. Leça da Palmeira. |
Hacia el final del pasado
verano tratamos de repetir la visita pero descubrimos que ya no servían café,
ni siquiera había mesas. Esta vez no fue la tormenta, bueno, sí, otra clase de
tormenta... quizás más temible.
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Casa de Cha, Boa Nova. Año 2006 y 2012, respectivamente. |
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Las huellas de la tormenta. |
Ya sólo quedaban las piscinas.
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Piscinas das Marés. Leça da Palmeira. |
Y las vistas…
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